¿Por qué debo diezmar y ofrendar?: 10 razones para practicar el diezmo y la ofrenda en tu vida cristiana

Si eres cristiano, es probable que hayas escuchado hablar sobre el diezmo y la ofrenda. Estas son prácticas comunes en muchas iglesias, pero a veces pueden ser malinterpretadas o incluso ignoradas por algunos creyentes. En este artículo, te explicaremos por qué es importante diezmar y ofrendar, y cómo estas prácticas pueden beneficiar tu vida espiritual y financiera.

Índice

¿Qué es el diezmo?

El diezmo es una práctica bíblica que consiste en ofrecer el 10% de los ingresos a Dios. Esta práctica se menciona en varias ocasiones en la Biblia, como en Malaquías 3:10: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde."

¿Qué es la ofrenda?

La ofrenda, por otro lado, es una donación voluntaria que se hace a la iglesia o a una organización cristiana. A diferencia del diezmo, la ofrenda no tiene una cantidad específica, sino que cada persona decide cuánto quiere dar y cuándo hacerlo. La ofrenda se menciona en 2 Corintios 9:7: "Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre".

10 razones para diezmar y ofrendar

1. Es un mandato bíblico

El diezmo y la ofrenda son prácticas que se mencionan en la Biblia, por lo que, como cristianos, debemos obedecer estos mandatos. No se trata solo de un acto de generosidad, sino de una forma de honrar a Dios y de demostrar nuestra obediencia a sus mandamientos.

2. Es una forma de agradecimiento

Cuando diezmamos y ofrendamos, estamos demostrando nuestra gratitud a Dios por todo lo que nos ha dado. Reconocemos que todo lo que tenemos proviene de Él y que estamos dispuestos a devolverle una parte de lo que nos ha dado.

3. Nos ayuda a confiar en Dios

Cuando diezmamos y ofrendamos, estamos demostrando que confiamos en Dios para proveer nuestras necesidades. Nos alejamos de la mentalidad de escasez y nos enfocamos en la abundancia que Dios puede proveer.

4. Contribuye al crecimiento de la iglesia

El diezmo y la ofrenda son fundamentales para el sostenimiento de la iglesia y la realización de sus actividades. Al diezmar y ofrendar, contribuimos al crecimiento de la iglesia y al cumplimiento de su misión.

5. Nos ayuda a desarrollar una mentalidad generosa

Al diezmar y ofrendar, estamos desarrollando una mentalidad generosa y desinteresada. Estamos aprendiendo a dar sin esperar nada a cambio y a bendecir a los demás con nuestros recursos.

6. Nos ayuda a vencer la avaricia

La avaricia es un pecado que puede afectar nuestra vida espiritual y financiera. Al diezmar y ofrendar, estamos venciendo la avaricia y demostrando que nuestro tesoro está en el cielo y no en las riquezas terrenales.

7. Nos permite participar en la obra de Dios

Al diezmar y ofrendar, estamos participando en la obra de Dios en la Tierra. Estamos invirtiendo en el Reino de Dios y en la salvación de las almas.

8. Nos permite ser canales de bendición

Cuando ofrendamos, estamos permitiendo que Dios use nuestros recursos para bendecir a los demás. Estamos siendo canales de bendición y demostrando el amor de Dios a través de nuestros actos.

9. Es una forma de sembrar y cosechar

La Biblia habla de la ley de la siembra y la cosecha, que nos dice que lo que sembramos, cosechamos. Al diezmar y ofrendar, estamos sembrando en el Reino de Dios y cosechando bendiciones y provisiones.

10. Nos permite experimentar la fidelidad de Dios

Cuando diezmamos y ofrendamos, estamos confiando en la fidelidad de Dios para proveer nuestras necesidades. Al hacerlo, podemos experimentar su fidelidad y provisión en nuestras vidas.

Conclusión

El diezmo y la ofrenda son prácticas importantes en la vida cristiana. No se trata solo de una obligación o un deber, sino de una forma de honrar a Dios, de demostrar nuestra gratitud y de invertir en el Reino de Dios. Al hacerlo, podemos experimentar su fidelidad y bendición en nuestras vidas.

Preguntas frecuentes

1. ¿Qué pasa si no puedo diezmar?

Si no puedes diezmar, no te preocupes. Lo importante es que des lo que puedas y que lo hagas con un corazón agradecido y generoso.

2. ¿Puedo ofrendar en lugar de diezmar?

La ofrenda no reemplaza el diezmo, sino que es una práctica complementaria. Es importante diezmar y ofrendar para honrar a Dios y contribuir al crecimiento de la iglesia.

3. ¿Puedo ofrendar a otra organización que no sea la iglesia?

Sí, puedes ofrendar a cualquier organización cristiana que esté haciendo la obra de Dios en la Tierra.

4. ¿Cómo sé cuánto debo ofrendar?

No hay una cantidad específica de ofrenda. Lo importante es que des lo que puedas y que lo hagas con un corazón generoso y desinteresado.

5. ¿El diezmo solo se aplica a los ingresos?

Sí, el diezmo se aplica a los ingresos. Si tienes otras fuentes de ingresos, como un negocio o una propiedad, también debes diezmar de ellos.

6. ¿El diezmo y la ofrenda son lo mismo?

No, el diezmo y la ofrenda son prácticas diferentes. El diezmo es una obligación bíblica de ofrecer el 10% de los ingresos a Dios, mientras que la ofrenda es una donación voluntaria.

7. ¿Qué pasa si la iglesia no utiliza el dinero de manera adecuada?

Si tienes dudas sobre cómo se utiliza el dinero de la iglesia, habla con los líderes de la iglesia y aclara tus dudas. Si no estás satisfecho con la respuesta, puedes buscar otra iglesia o organización cristiana a la cual ofrendar.

8. ¿Puedo diezmar y ofrendar en línea?

Sí, muchas iglesias y organizaciones cristianas ofrecen la opción de diezmar y ofrendar en línea.

9. ¿Puedo recibir bendiciones financieras si diezmo y ofrendo?

Dios no nos promete bendiciones financieras si diezmamos y ofrendamos, pero sí nos promete su fidelidad y provisión. Al hacerlo, podemos experimentar su bendición en nuestras vidas.

10. ¿Es el diezmo una ley del Antiguo Testamento que ya no se aplica hoy en día?

No, el diezmo se menciona en el Antiguo y Nuevo Testamento, por lo que sigue siendo una práctica relevante en la vida cristiana.

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